miércoles, 28 de enero de 2009

Oidos locos.

Desde pequeña me han enseñado normas de conducta cívica de aplicación práctica en la vida diaria. Las más cachondas: no señalar con el dedo, no meterse ese dedo con el que previamente has señalado, en la nariz, no mirar a la gente descaradamente, no escuchar conversaciones ajenas... Pero hoy 28 de enero, no lo he podido evitar: he pecado, jejeje.

Autobús, casi las tres de la tarde, come rápido que a las 17:00h tienes que estar allí otra vez y después de estar escuchando gilipolleces durante cinco horas en el trabajo: mi placa solar no calienta; el otro: no me va internet; otro: ¿me escaneas 1.283 páginas a doble cara?... y un largo etc. Hay momentos estelares, ya te contaré.

Cansaaaaaaada, muy cansada, a ver si rompe a llover porque está todo demasiado cargado. Me siento en la parte trasera del bus y en la parada siguiente se sube una pareja de entre cuarenta y muchos y cincuenta y pocos. Empiezan a hablar de sus cosas: blau, blau, blau...
Pero de repende él comienza a relatar algo que como menos podría ser calificado de "vídeos de primera":
Me pierdo del comienzo de la histora porque como ya te dije antes, no me intereblau blau blau... pero de repente él ,cambia el tono del argumento. Pillo el hilo de la conversación o mejor dicho la soga triple trenzada de la conversación, en el momento en el que apunta: y cuando ya casi le quedan unos 20km para llegar al pueblo en ambulancia, porque iba muy mal herido... Se abre la puerta de la ambulancia y sale despedida la camilla donde iba el enfermo!!!! :o
La cara que pone ella mari jajaja, la misma que yo y otra que iba delante mía que la veía yo por el rabillo del ojo y que también estaba pendiente a la conversación.
Él sigue con la historia, claro, después de ver la cara de su pareja, comenta que ya sabe que parece un chiste, pero que no lo es. Menos mal que iban por una carretera secundaria y no por una autovía sino "el enfermo no lo cuenta". ¿Pero qué va a contar? Jajaja.
Lo peor de todo es que no se percatan de que éste falta hasta que no llegan al hospital del pueblo x (hasta ahí no llego) y cuando abren, resulta que: ¡¡el tío no está!!
Hay dios mío no sabía donde meterme. ¿Pero de verdad que estas cosas ocurren?
Espero que el prenda no sea un cachondo y se quedara con su mujer, conmigo y con la de delante que tenía la oreja de grande como la de un elfo del Señor de los anillos locos.
Chic@s ataos bien si algún día os llevan en ambulancia.

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