No sé si habréis madrugado hoy, sino os describo la mañana que hace en Sevilla.
Es la una mañana en calma, poco tráfico en el centro y poca gente por calle. También hay que tener en cuenta que hoy madrugué más que otros días, así que decido ir al trabajo dando un paseo. Es una preciosa mañana en calma, antes de la lluvia; el aire no se mueve y es fresco.
Como ya muchos sabéis, me encanta el fresco de la mañana. Ahora ya, en estos días de primavera, las mañanas suelen ser frías y bellas. Me hacen sentir viva, ¿sabes?
Tengo mucho cariño a este tipo de mañanas, me recuerdan a las de los veranos de mi infancia.
Me encantaba levantarme muy temprano, cuando todavía no se ha había movido nadie en casa, abrir la puerta y sentir el fresco de la mañana. A mi izquierda, el amanecer reflejado en el mar. No lo cambio por nada...
Aquí sólo siento el frío en la piel...