Estoy un poco cansada de esperar.
Estoy a la expectativa de lo nuevo que va a ocurrir.
Siempre estoy a la perspectiva de lo nuevo que puede ocurrir, si no, se para el mundo. Aquí me planto, mientras surge algo nuevo por lo que seguir funcionando.
¿Qué pasará después?
Hace aproximadamente 3 años ahora, que paré la máquina. Espera Almu; piensa, recapacita lo inocentemente pensado y sé capaz de poner en práctica las soluciones a la situación.
¡Se paró todo!
Con todo, quiero decir todo. La máxima energía que se gastaba, era la precisa para no ahogarme. La justa para no ponerme morada de nuevo.
Desde entonces, nada más que hago esperar.
Alguien por ahí, me comentó algo parecido. Esperaba el día y la noche con la misma desesperación.
Amigo mío, aquí está la rutina que nos come los calcetines por no decir la vida. Y esto es lo que nos queda.
Algunos más que otros tienen esa vía de escape más desarrollada que aquellos que la sufren desconsoladamente, pero eso sí, la gran multitud cae en la desesperación sin límites.
Intentar hacerla más llevadera, por lo menos para mi, cada día es más fácil teniéndote a mi lado.